Vuelta de Alejandro Rodríguez a
la competición y vuelta de este cronista. Me va a ser difícil mantener la
objetividad.
Partido clave para conseguir esos
puntos que tan caros nos están saliendo y abandonar los puestos de descenso. En
consonancia, un partido con el planteamiento más ofensivo y desinhibido de los
que recuerdo.
El Nou Sardenya tiene de todo: parking en el sótano, gradas cubiertas
de verdad, dos marcadores electrónicos y un bar donde el olor de la comida
quita el sentío. En no mucho tiempo albergará la final de la Copa Catalunya.
Minuto de silencio… por los
derechos televisivos. Si lo llego a saber, me traigo la cámara de video.
En la alineación titular: Alex Salinas, Andy, Pablo, Livio,
Sergi Ubach, Jordi Carbajo, Guille, Joss, Jordi Balsells, Oriol y Marcel.
Sorprendía lo bajitos que eran
algunos de los delanteros del Europa. Lo que pasa es que se movían sin ningún
complejo y dominaban la pelota a ras de suelo de manera impecable. A destacar
el número 9.
Los primeros minutos, estrategia
de contención, pero sólo los primeros minutos. Los primeros 2, concretamente,
tras los cuales adelantábamos líneas y Sergi Ubach, desde la derecha de la
frontal del área, nos recordaba qué bien que chuta a puerta en cuanto tiene una
ocasión. El portero local conseguía in
extremis sacar la pelota fuera de la portería, dejándonos con la miel en
los labios.
Como teníamos ganas de más, las
líneas presionaban hasta al portero, con todos nuestros jugadores de campo
prácticamente en el campo del rival y bajando a defender como un solo hombre,
demostrando que suben al Tibidabo a algo más que a hacerse la foto. En
cualquier caso, el centro del campo lo dominábamos casi totalmente. A pesar de
ello, el Europa no se amilanaba y, con la pelota aún en su defensa y presionada
por nuestros jugadores, tenían ya seis jugadores en nuestro campo. Aún así,
Sergi Ubach volvía a hacer un alarde de artillero, aunque otra vez sin premio.
La presión sobre el Europa se
mantenía (esto no lo recordaba yo de antes…), aunque también el Europa hacía de
las suyas. La defensa (heroicos Jordi Balsells, Oriol y Joss, con apoyo de los
mediocampistas) se empleaba a fondo sin contemplaciones, como ya nos tienen
acostumbrados.
Hacia el minuto 23, José María hacía
el primer cambio y daba entrada a Àlex Villa y a Alejandro, que pasaban a
posiciones de ataque, dándole descanso a Guille y Andy.
Tanta presión en ambos sentidos
resultaba en un córner en nuestra contra (en realidad, más de uno). Este en
concreto lo remataba el número 14 del Europa y nos clavaba el primer gol
frisando la primera media hora de partido. Seguimos teniendo un problema con
los córneres.
El Europa se crecía y sus
jugadores pequeñitos volaban con balón y sin balón, requiriendo de la defensa y
del portero un trabajo impagable. También La Salle atacaba y Livio seguía
probando fortuna chutando sin complejos, con el resto de la formación de ataque
presionando a la defensa y el portero europeos.
Pero todavía tocaba esperar.
Llegábamos al descanso con 1-0.
En la segunda parte salían al
campo Àlex Salinas, Andy, Àlex Villa, Livio, Jordi Carbajo, Àlex Trias, Marcel,
Jordi Balsells, Oriol, Sergi Ubach y Alejandro.
El planteamiento ofensivo comenzaba
a dar frutos. El tridente RVL (Rodri, Villa y Livio), con balones servidos
desde las sufridas líneas de defensa y centro del campo, comenzaba a asediar la
portería rival. También Jordi Balsells se apuntaba al ataque y, tras un rechazo
de la defensa, realizaba una habilidosa
vaselina al portero… y al larguero, por lo que la pelota no entró. Todo esto,
en un par de minutos escasos de la segunda parte. También Trias probaba la
artillería, también con un balón rechazado por la defensa local, tras un saque
de falta de Alejandro.
Pero, lo que se dice sacar fruto
al asedio, tuvo que ser al filo del minuto 6. Entre Alejandro y Villa robaban
un balón, le pasaban a Livio que se desmarcaba y quebraba al guardameta, haciendo
subir un esperanzador 1-1 al electrónico (ya he dicho que teníamos, no uno, dos
marcadores electrónicos). Un par de minutos después, Villa pasaba de tacón a
Alejandro que, sin embargo, no llegaba a esconderle la pelota al portero que
estaba muy atento. La presión sobre la portería local se mantenía, con
combinaciones entre delanteros y mediocampistas, para repetir y hacer subir un
patito a nuestra mitad del marcador.
Pero los pequeñitos del Europa
corrían mucho, más de la cuenta seguramente. Así en el minuto 14, en un claro fuera
de juego, eran los locales los que conseguían el patito. Protestas de nuestro
equipo en pleno al colegiado (es un decir…), que se saldan con 3 tarjetas
amarillas 3 a Oriol, Trias y Jordi Balsells.
Había que redoblar el asedio a la
portería local si queríamos sacar algún punto en el Nou Sardenya y el equipo,
ciertamente mosqueado por las dotes operísticas del árbitro, se recomponía y
volvía al ataque. Andy salía y Pablo Terraza volvía al campo en el minuto 20.
Nuestra artillería volvía a
probar fortuna: Trias y Ubach hacían de las suyas pero sin llegar a inquietar
al portero local, muy seguro durante todo el partido.
El míster intercambiaba
posiciones: así Villa, que había bregado de lo lindo, pasaba a la defensa y
Oriol subía al ataque.
Alexei, un estupendo jugador del
Cadete B, entraba en el campo para reforzar el ataque y a los pocos segundos ya
marcaba territorio en el área rival, desmarcándose por la derecha, aunque sin
fruto.
Sin embargo, la defensa del
Europa comenzaba a bombear balones hacia sus delanteros, como forma de romper
el asedio. Así el número 10 recibía un balón de oro con el que nos cascaban el
tercer gol que, definitivamente, sentenciaba el partido en el minuto 36.
Durante el resto del partido,
mantenemos el asedio a la portería rival, pero sin fruto. También por parte del
Europa que, no obstante, necesitaba tener a tres jugadores en fuera de juego
para intentar incrementar su cuenta de goles. Esta vez el señor colegiado
estaba atento e invalidaba la jugada.
Poco más. El equipo juega bien, juega
al ataque y no da los partidos por perdidos hasta el último segundo. Seguimos
teniendo la cuestión de los córneres en contra pendiente, pero poco más se le
puede reprochar.
Lo dicho en el título: “good
vibrations”, aunque nos falte aún hacer vibrar la pelota dentro de la portería
rival más a menudo.
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