dimecres, 25 de març del 2015

Good vibrations

Europa C 3 -  1   La Salle Bonanova A



Vuelta de Alejandro Rodríguez a la competición y vuelta de este cronista. Me va a ser difícil mantener la objetividad.
Partido clave para conseguir esos puntos que tan caros nos están saliendo y abandonar los puestos de descenso. En consonancia, un partido con el planteamiento más ofensivo y desinhibido de los que recuerdo.
El Nou Sardenya tiene de todo: parking en el sótano, gradas cubiertas de verdad, dos marcadores electrónicos y un bar donde el olor de la comida quita el sentío. En no mucho tiempo albergará la final de la Copa Catalunya.
Minuto de silencio… por los derechos televisivos. Si lo llego a saber, me traigo la cámara de video.

En la alineación titular: Alex Salinas, Andy, Pablo, Livio, Sergi Ubach, Jordi Carbajo, Guille, Joss, Jordi Balsells, Oriol y Marcel.
Sorprendía lo bajitos que eran algunos de los delanteros del Europa. Lo que pasa es que se movían sin ningún complejo y dominaban la pelota a ras de suelo de manera impecable. A destacar el número 9.
Los primeros minutos, estrategia de contención, pero sólo los primeros minutos. Los primeros 2, concretamente, tras los cuales adelantábamos líneas y Sergi Ubach, desde la derecha de la frontal del área, nos recordaba qué bien que chuta a puerta en cuanto tiene una ocasión. El portero local conseguía in extremis sacar la pelota fuera de la portería, dejándonos con la miel en los labios. 

Como teníamos ganas de más, las líneas presionaban hasta al portero, con todos nuestros jugadores de campo prácticamente en el campo del rival y bajando a defender como un solo hombre, demostrando que suben al Tibidabo a algo más que a hacerse la foto. En cualquier caso, el centro del campo lo dominábamos casi totalmente. A pesar de ello, el Europa no se amilanaba y, con la pelota aún en su defensa y presionada por nuestros jugadores, tenían ya seis jugadores en nuestro campo. Aún así, Sergi Ubach volvía a hacer un alarde de artillero, aunque otra vez sin premio.
La presión sobre el Europa se mantenía (esto no lo recordaba yo de antes…), aunque también el Europa hacía de las suyas. La defensa (heroicos Jordi Balsells, Oriol y Joss, con apoyo de los mediocampistas) se empleaba a fondo sin contemplaciones, como ya nos tienen acostumbrados.
Hacia el minuto 23, José María hacía el primer cambio y daba entrada a Àlex Villa y a Alejandro, que pasaban a posiciones de ataque, dándole descanso a Guille y Andy.
Tanta presión en ambos sentidos resultaba en un córner en nuestra contra (en realidad, más de uno). Este en concreto lo remataba el número 14 del Europa y nos clavaba el primer gol frisando la primera media hora de partido. Seguimos teniendo un problema con los córneres.
El Europa se crecía y sus jugadores pequeñitos volaban con balón y sin balón, requiriendo de la defensa y del portero un trabajo impagable. También La Salle atacaba y Livio seguía probando fortuna chutando sin complejos, con el resto de la formación de ataque presionando a la defensa y el portero europeos.
Pero todavía tocaba esperar. Llegábamos al descanso con 1-0.
En la segunda parte salían al campo Àlex Salinas, Andy, Àlex Villa, Livio, Jordi Carbajo, Àlex Trias, Marcel, Jordi Balsells, Oriol, Sergi Ubach y Alejandro.
El planteamiento ofensivo comenzaba a dar frutos. El tridente RVL (Rodri, Villa y Livio), con balones servidos desde las sufridas líneas de defensa y centro del campo, comenzaba a asediar la portería rival. También Jordi Balsells se apuntaba al ataque y, tras un rechazo de la defensa,  realizaba una habilidosa vaselina al portero… y al larguero, por lo que la pelota no entró. Todo esto, en un par de minutos escasos de la segunda parte. También Trias probaba la artillería, también con un balón rechazado por la defensa local, tras un saque de falta de Alejandro.
Pero, lo que se dice sacar fruto al asedio, tuvo que ser al filo del minuto 6. Entre Alejandro y Villa robaban un balón, le pasaban a Livio que se desmarcaba y quebraba al guardameta, haciendo subir un esperanzador 1-1 al electrónico (ya he dicho que teníamos, no uno, dos marcadores electrónicos). Un par de minutos después, Villa pasaba de tacón a Alejandro que, sin embargo, no llegaba a esconderle la pelota al portero que estaba muy atento. La presión sobre la portería local se mantenía, con combinaciones entre delanteros y mediocampistas, para repetir y hacer subir un patito a nuestra mitad del marcador.
Pero los pequeñitos del Europa corrían mucho, más de la cuenta seguramente. Así en el minuto 14, en un claro fuera de juego, eran los locales los que conseguían el patito. Protestas de nuestro equipo en pleno al colegiado (es un decir…), que se saldan con 3 tarjetas amarillas 3 a Oriol, Trias y Jordi Balsells.
Había que redoblar el asedio a la portería local si queríamos sacar algún punto en el Nou Sardenya y el equipo, ciertamente mosqueado por las dotes operísticas del árbitro, se recomponía y volvía al ataque. Andy salía y Pablo Terraza volvía al campo en el minuto 20.
Nuestra artillería volvía a probar fortuna: Trias y Ubach hacían de las suyas pero sin llegar a inquietar al portero local, muy seguro durante todo el partido.
El míster intercambiaba posiciones: así Villa, que había bregado de lo lindo, pasaba a la defensa y Oriol subía al ataque.
Alexei, un estupendo jugador del Cadete B, entraba en el campo para reforzar el ataque y a los pocos segundos ya marcaba territorio en el área rival, desmarcándose por la derecha, aunque sin fruto.
Sin embargo, la defensa del Europa comenzaba a bombear balones hacia sus delanteros, como forma de romper el asedio. Así el número 10 recibía un balón de oro con el que nos cascaban el tercer gol que, definitivamente, sentenciaba el partido en el minuto 36.
Durante el resto del partido, mantenemos el asedio a la portería rival, pero sin fruto. También por parte del Europa que, no obstante, necesitaba tener a tres jugadores en fuera de juego para intentar incrementar su cuenta de goles. Esta vez el señor colegiado estaba atento e invalidaba la jugada.
Poco más. El equipo juega bien, juega al ataque y no da los partidos por perdidos hasta el último segundo. Seguimos teniendo la cuestión de los córneres en contra pendiente, pero poco más se le puede reprochar.
Lo dicho en el título: “good vibrations”, aunque nos falte aún hacer vibrar la pelota dentro de la portería rival más a menudo.

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